¿Alguna vez has considerado la cantidad de información que se almacena en los archivadores de los hospitales? La atención médica, especialmente en situaciones de emergencia, depende del acceso instantáneo a información actual, completa y correcta. Si el profesional sanitario no tiene acceso a la documentación del paciente las consecuencias podrían ser irremediables. Sin embargo, los médicos siguen consultando esa información en materiales impresos que son difíciles de encontrar y fáciles de ignorar. El acceso a la información es un problema endémico, pero el sector en su conjunto ha tardado en adoptar una medida mejor.
El Instituto de Cardiología de Minneapolis ha desarrollado una aplicación médica que agiliza el acceso a los últimos protocolos cardiovasculares. En una situación de emergencia, cuando estos protocolos son necesarios, los médicos simplemente tienen que utilizar una aplicación del móvil en lugar de rebuscar en los archivos de la consulta. La velocidad y la seguridad son esenciales en una situación cardiovascular y la aplicación móvil proporciona ambas.
La tecnología puede conectar a un médico en un área remota o rural directamente con un especialista cardiovascular. De este modo, el paciente puede recibir atención cardiovascular de primera clase tanto con su médico de cabecera como con el especialista, incluso si se encuentra a kilómetros de distancia.
Hay innumerables ejemplos de tecnología que cambia la forma en la que operan los médicos y enfermeros. La aplicación MyEpilepsy de Cleveland Clinic, por ejemplo, permite a los pacientes controlar la epilepsia mediante el seguimiento de la actividad de las convulsiones, la gestión de citas, la obtención de recordatorios de medicamentos y la solicitud de segundas opiniones de especialistas.
Las aplicaciones pueden parecer una inversión modesta en comparación con otras vías de atención médica, pero su impacto puede resultar interesante a largo plazo.
Cómo hacer que las aplicaciones funcionen para el cuidado de la salud
Se espera que la atención médica digital sea un sector global de 200 mil millones de dólares para 2020, con la salud móvil representando el 46 por ciento del total. El potencial de la salud móvil es indiscutible, pero eso no significa que cada aplicación tenga un desarrollo positivo.
El Instituto de Cardiología de Minneapolis ha abordado un problema importante. Más de 80 millones de estadounidenses padecen alguna forma de enfermedad cardíaca. Para 2030, esta única enfermedad será responsable de más de 800 mil millones en costes de atención médica cada año en los EE.UU. Una aplicación por sí sola no puede resolver todos los problemas cardiovasculares, pero puede enfrentar un problema que afecta a millones y cuesta miles de millones. Todo desarrollador de aplicaciones de atención médica debe aspirar a tener un impacto igualmente amplio con su solución de salud móvil.
La accesibilidad es otra prioridad. Todas las aplicaciones de atención médica deben estar disponibles en las tiendas de Apple y Android para que la mayoría de los médicos tengan acceso. La aplicación también debería funcionar sin conexión para que los médicos en ubicaciones remotas no dependan de una conexión a Internet y no experimenten problemas técnicos. Para garantizar que la interfaz nunca se interponga, las aplicaciones también deben permitir a los usuarios entrar y salir de la información específica que ofrece la app.
La adaptabilidad es otra consideración importante al crear una aplicación. La recopilación de comentarios de los usuarios, el seguimiento del uso y el análisis de los resultados de los pacientes pueden revelar dónde está funcionando bien esa aplicación y dónde tiene margen de mejora. Con el tiempo, el software debería mejorar para servir a los pacientes y a los médicos por igual.
Es importante tener en cuenta que las aplicaciones no son medicamentos milagrosos ni herramientas de vanguardia. La tecnología subyacente suele ser relativamente básica, pero ahí es donde quiero llegar. Las aplicaciones para médicos deben diseñarse para proporcionar soluciones de sentido común a problemas generalizados en nuestro sistema de salud. Uno de los problemas más comunes para los médicos y odontólogos que trabajan a comisión en clínicas privadas es mantener un registro de actas médicas y pacientes. La app OK Doctor permite que el profesional sanitario pueda crear listados de pacientes vistos y actos realizados para controlar el flujo de trabajo y mejorar la atención médica.
Cómo la tecnología seguirá transformando la atención médica
Los principios básicos de desarrollo de aplicaciones móviles son aplicables a cualquier disciplina médica. Cuando un médico necesita acceso a datos específicos, simplemente necesita abrir una aplicación para obtener información inmediata. La ortopedia, la oncología, la neurología y muchas otras especialidades dependen de protocolos estandarizados, a los que se puede acceder fácilmente a través de una aplicación.
Es fácil imaginar un mundo en el que las aplicaciones funcionen como herramientas de tratamiento dinámicas. Imagine un médico de cabecera que sospecha que su paciente tiene demencia, pero no tiene la formación neurológica para hacer el diagnóstico. Conectar los síntomas del paciente y los resultados de las pruebas en una aplicación podría ofrecer un diagnóstico preliminar. La aplicación podría recomendar el mejor tratamiento y conectar automáticamente al paciente con un neurólogo cualificado. ¿El objetivo general? Eliminar obstáculos para el paciente y hacer que el ciclo de tratamiento sea lo más eficiente posible.
Existe el mismo potencial en lo que respecta a los pacientes que utilizan estas aplicaciones. Una de las razones por las que los médicos y las enfermeras están tan entusiasmados con la medicina móvil es la posibilidad de encauzar los comportamientos negativos de los pacientes. ¿Qué pasaría si una aplicación pudiera recordarle a un paciente con hipertensión que debe tomar sus medicamentos en un horario regular? Teniendo en cuenta que alrededor del 40% de los pacientes cardíacos no siguen un horario de medicación correcto, una simple notificación automática podría salvar muchas vidas.
La combinación de aplicaciones y dispositivos portátiles ofrece una promesa similar. Inicialmente, estos dispositivos parecían una forma relativamente simple de controlar cosas como los pasos dados y las calorías quemadas. Sin embargo, la investigación ha demostrado que los usuarios de Apple Watch están utilizando la tecnología para localizar enfermedades más avanzadas como diabetes, apnea del sueño e hipertensión. Con apnea del sueño y otras dolencias, los usuarios informan tasas de diagnóstico más altas que las predichas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Esto sugiere que los dispositivos portátiles, la recopilación de datos en tiempo real y los informes de pacientes de primera mano podrían tener un impacto sustancial en nuestra comprensión y tratamiento de las enfermedades crónicas.
Los wearables están evolucionando más allá de los relojes inteligentes y se están convirtiendo en aplicaciones médicas. Los médicos de la Universidad Johns Hopkins diseñaron una aplicación para guiar a los sobrevivientes de un ataque cardíaco durante el proceso de recuperación. La aplicación puede alinearse con una pulsera con Bluetooth que monitoriza la presión arterial en tiempo real. Gracias a esa tecnología, las tasas de readmisión cayeron del 19% al 3% en un programa piloto.
El futuro de las aplicaciones, los wearables y la medicina digital es optimista pero desconocido. Lo único claro en este punto es que el sector de la salud necesita adoptar una infraestructura conectada capaz de sintetizar tecnología y datos desde dentro y fuera del hospital. Hasta que esto suceda, la tecnología solo puede realizar mejoras dispersas en la atención médica. ¿Pero qué pasará una vez que esta barrera caiga? La tecnología transformará la forma en que pensamos sobre la salud, el bienestar y la atención médica en su conjunto.