Amortización de Equipos Médicos

3 de agosto de 2020
amortización de equipos médicos

Cuando un electrodoméstico deja de funcionar como debiera, se nos platea un dilema: repararlo o sustituirlo por otro nuevo. En la mayoría de las ocasiones optamos por la sustitución. Es más sencilla y genera menos molestias que la reparación. Sólo en circunstancias especiales: equipamiento adquirido hace poco tiempo o productos de alto valor intentamos la reparación. Algo parecido ocurre en la sanidad pública cuando un equipamiento está amortizado o ha llegado al límite de su vida útil. Se desmantela y es sustituido por otro nuevo.

La “sutil” diferencia es que en nuestra casa tomamos la decisión sombre un microondas que vale 100€ y en la sanidad pública la decisión atañe a máquinas y tecnologías con un coste 100.000 veces mayor.

El pasado 22 de febrero, la edición de la Comunidad Valenciana de el diario El Mundo se hizo eco de las quejas por parte de la comunidad médica por el desmantelamiento de una máquina de radioterapia que aun podía cumplir su función. La razón de su sustitución era que había llegado al final de su vida útil desde el punto de vista económico. La máquina estaba desfasada desde el punto de vista tecnológico y además había cumplido su función desde el punto de vista contable. El valor de la máquina, un millón de euros, y su capacidad para continuar prestando servicio con el mantenimiento del fabricante durante 5 años más, no fueron tenidos en cuenta por las personas que tomaron la decisión.

Vaya por delante que, desde mi punto de vista, es necesario que la gestión del gigantesco inventario del sistema nacional de salud, se haga siguiendo criterios objetivos y preestablecidos para evitar pérdidas de tiempo, picaresca o el mantenimiento de equipos obsoletos que poco aportan a la salud de los pacientes y su calidad de vida.

Sin embargo, cuando estamos hablando de equipos de alto valor, que requieren de horas de formación para aprender a utilizarlos y sacarles el máximo partido y que aun pueden aportar calidad de vida a los pacientes, se debería de escuchar a los médicos y sanitarios que los utilizan en vez de aplicar la norma fríamente.

En el caso nos comenta El Mundo, además se genera un perjuicio importante porque bloquea una de las líneas de radiodiagnóstico del hospital de Elche durante un largo periodo de tiempo obligando a los pacientes a desplazarse a otros hospitales con el consiguiente incremento de las listas de espera caída de la calidad asistencial….

Reciclar y contar con la mejor tecnología que nos podemos permitir debe de ser una máxima para la administración, pero sin entrar en el despilfarro y priorizando las necesidades de los pacientes. En este caso el mantenimiento del equipo antiguo hasta el final de su vida útil establecido por el fabricante hubiera permitido continuar prestando el servicio en Elche mientras se montaba la nueva maquinaria y se formaba al personal en las normas básicas de uso. Así la calidad de la asistencia no se habría visto comprometida.

Desde OK Doctor esperamos que este tipo de acciones sean las menos en el futuro y que se tengan en cuenta no sólo los criterios económicos a la hora de tomar decisiones que implican el gasto de más de un millón de euros.

Os invitamos a hacer una reflexión sobre esto y que nos comentéis vuestras opiniones. ¿Conocéis algún caso similar?

 

 

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